lunes, 30 de marzo de 2009

Movimiento Estudiantil Espartaco: Discusión sobre nuestros orígenes (tercera parte):

“Yo no diría que fueron grandes errores.

Los nuestros no fueron errores estratégicos,

Sino tácticos”, aseguró el líder cubano en su

imprevista autocrítica. Y agregó: “Nacieron

del sentido de autosuficiencia, cuando nos

creemos poseedores de toda la verdad.

Y agregó: Los errores nacieron también de la

falta de experiencia”

(De una entrevista a Fidel Castro en radio Vaticano).

"Con su altiva y digna respuesta, Cuba ha puesto el énfasis en lo fundamental. Aunque toda buena estrategia incluye una buena táctica, ni una ni la otra son correctas si se tolera la altanería y la autosuficiencia", dijo el líder cubano, de casi 81 años.

(Respuesta de Fidel al Unión Europea)

Quieren hacer de él una vaca sagrada.

Las convicciones más profundas,

a prueba del tiempo y los vaivenes

de la vida, no se alcanzan en un día.

Hay que vencer antes muchas tendencias

que llevamos dentro. No odio a otros seres

humanos pero odio la vanidad, la egolatría,

el egoísmo, la pedantería, la autosuficiencia,

la ausencia de ética y otras inclinaciones

con las que los seres humanos venimos

al mundo, y sólo la educación y el ejemplo

de los más sobresalientes en su batalla por

ser mejores, triunfa e influye sobre nosotros.

Hace falta un mínimo de filosofía

sobre la necesidad de la modestia.

(Reflexión de Fidel sobre el huracán que desvastó a Cuba

y el chaquetazo de un actor que fue lo que llamó la

atención de los medios en el mundo)

Estas palabras bellas en la que resalto la autosuficiencia se las dedico al Lobo para el que todavía no encuentro la definición adecuada, (Mamífero carnicero de un metro aproximadamente desde el hocico hasta el nacimiento de la cola, y de seis a siete decímetros de altura hasta la cruz, pelaje de color gris oscuro, cabeza aguzada, orejas tiesas y cola larga con mucho pelo. Es animal salvaje, frecuente en Espartaco y dañino para el ganado. 2. m. Locha de unos doce centímetros de largo, color verdoso en el lomo, amarillento en los costados y blanquecino en el vientre, con manchas y listas parduscas por todo el cuerpo, y seis barbillas en el labio superior. 3. m. Escualo de la familia del cazón, sin espiráculos, de hocico más romo y que alcanza un par de metros de longitud. 4. m. Máquina usada en hilandería para limpiar y desenlazar el algodón, consistente en un tambor cónico erizado, que gira dentro de una caja de la misma forma, llena de púas en su interior . 6. m. coloq. Ur. Hombre sensualmente atractivo.7. m. desus. Embriaguez, borrachera.8. adj. Perú. astuto ( agudo).~ cebado.1. m. Heráld. El que lleva cordero u otra presa en la boca.~ cerval, o ~ cervario.1. m. lince ( mamífero carnicero).2. m. gato cerval.~ de mar.1. m. coloq. Marino viejo y experimentado en su profesión.~ escorchado.1. m. Heráld. El de color de gules, que es el que se da a este animal cuando se representa como si estuviera desollado~ marino.1. m. foca.~s de una camada.1. m. pl. coloq. Personas que por tener unos mismos intereses o inclinaciones no se hacen daño unas a otras. U. m. en sent. peyor.coger un ~.1. loc. verb. coloq. embriagarse.desollar, o dormir, alguien el ~.1. locs. verbs. coloqs. Dormir mientras dura la borrachera.esperar del ~ carne.1. loc. verb. coloq. Esperar algo de quien lo quiere todo para sí. menos ~s.1. loc. interj. U. para tachar de exagerado lo que alguien dice.pillar un ~.1. loc. verb. coloq. embriagarse. tener el ~ por las orejas.1. loc. verb. Hallarse excesivamente perplejo.□ V. 5. m. Garfio fuerte de hierro que usaban los sitiados desde lo alto de la muralla para defenderse de los sitiadores.)

Pero con el cariño de siempre.

A manera de introducción: El interés fundamental de este artículo es para motivar en los neófitos y no viejos de la revolución a que se integren de alguna manera a la discusión, pues si Sandino, un neonato lo hace, es como para avergonzarse cualquiera por tanto valemadrismo. Y a lo que te truje chencha:

PRIMER ACTO: EL FACTOR ECONÓMICO Y LA ESTRUCTURA ECONÓMICA.

La sustancia única de la sociedad es la producción indiferente que la ciencia conceptualiza como trabajo abstracto, en el que las funciones del organismo humano se cualifican y cuantifican, al cuantificarse el valor adquiere una magnitud de valor que el proceso de producción de principio a fin denotará como cantidades de lo producido, algo que la vista, el tacto, etc; perciben; allá, en el otro polo, la calidad de las funciones del organismo humano adquiere una forma de trabajo social, es decir, el hombre produce de un modo históricamente determinado. Y esta determinación que rige para el trabajo vivo está presente en el trabajo objetivado, es decir, en la propia mercancía: tómese dos mercancías distintas, y la distinción entre ambas es cualitativa y su medición también es distinta; lo conmensurable en el trabajo vivo, aquí se trastoca inconmensurable. Los productos del trabajo bajo la forma de mercancía no obedecen a un mecanismo consciente que le regule, sino que se objetivan, es decir, opera con leyes propias ajenas a su poseedor. De manera que la objetivación de las relaciones sociales de producción, genera seres sociales ligados a cosas y las relaciones recíprocas entre los individuos aparecen como cosas.

En rigor, a la hora del análisis un fenómeno histórico es inseparable de lo que constituye su consecuencia inevitable y la llamada teoría del “factor económico” no tiene nada que ver con el concepto de “estructura económica”, por ende, el “factor histórico social” tampoco tiene nada que ver con la “estructura histórica de la sociedad”. Es bien sabido, que Plejanov desentrañó la arbitrariedad a la hora de destacar los diferentes aspectos de la vida social como “factores”, éstos tenían el atributo del ser o de sustancia de la cual los fenómenos son una manifestación, así la economía, en la cabeza de estos teóricos, es una fuerza independiente que determina la actividad humana. Además, y esto es importante, Plejánov no divorcia el desarrollo de la teoría de los factores del curso general del conocimiento de la sociedad en su etapa de análisis y sínteis, ésta etapa surge sólo cuando el objeto de estudio se ha sometido a la desmembración, y en el estudio de la sociedad, la “teoría de los factores” era un postulado del examen sintético de la sociedad. Y Plejanov siempre distinguió entre “factor económico” y “estructura económica, entre esencia y apariencia.

No obstante, Karel Kosik, aporta un elemento crítico a la posición del ‘marxismo ortodoxo’ de Plejanov y Labriola:

“ Según ambos pensadores, ’el factor económico’ y la fe en el factor social son fruto de la opinión, y es una característica que acompaña al desarrollo, todavía poco avanzado, del pensamiento científico. Tales conclusiones afectan sólo al reflejo, o a las consecuencias, pero no a la propia problemática del origen de los factores. El hecho originario y decisivo no consiste en la insuficiencia de pensamiento científico o en su aspecto limitado y unilateralmente analítico, sino en la decadencia de la existencia social, en la atomización de la sociedad capitalista. Los factores no son originariamente un producto del pensamiento o de la actividad científica, sino que son determinadas formas históricas de desarrollo, en las que las creaciones de la actividad social del hombre adquieren una autonomía, y bajo este aspecto se convierten en factores y se transfieren a la conciencia acrítica como fuerzas autónomas respecto del hombre y su actividad.” (Karel Kosik. Dialéctica de lo concreto. Grijalbo; p. 126).

Harto importante al parecer tiene detenerse en esto que el Lobo no “cacta”, pues al identificar el factor económico con la estructura económica, el dueño de la revolución se pone muy atrás del padre del marxismo ruso. Rascando un poco más, aparece un problema de la economía crítica y sus problemas más elevados que Gramsci, bajo la influencia de Rosa Luxemburgo, caracteriza en su artículo Algunos problemas sobre la filosofía de la praxis:

“…en el periodo romántico de la lucha, durante el Strung und Drang popular, todo el interés va dirigido hacia las armas más inmediatas, hacia los problemas de táctica, hacia la política y los más sencillos problemas culturales en el campo filosófico. Pero desde el momento en que un grupo subalterno se torna realmente autónomo y hegemónico, cuando crea un nuevo tipo de estado, nace concretamente la exigencia de construir un nuevo orden intelectual y moral, esto es un nuevo tipo de sociedad. De allí surge la exigencia de elaborar conceptos más universales, las armas ideológicas más refinadas y decisivas.” (Antonio Gramsci; Materialismo histórico y sociología; Roca; p. 99).

Como vemos la cosa no es tan simple, pues no se trata de contrastar un concepto ‘factor económico’ que refleja hechos concretos, con otro concepto ‘estructura económica’ copia también de otros hechos, sino desentrañar las contradicciones de clase, miremos más de cerca, Plejánov, fue refutado por la revolución de 1905 en Rusia, su concepción de delicado equilibrio entre la lucha económica y política, entre la burguesía y el proletariado, entre los obreros rusos y sus dirigentes socialdemócratas, entre el determinismo y el voluntarismo, aspectos que no encontraron una respuesta creativa, sus tesis perdieron fundamento ante el hecho revolucionario. Y las armas ideológicas más refinadas y decisivas las elaboró el bolchevismo, a partir de los Soviets, es decir, una lucha en la que el problema del desarrollo del capitalismo y de sus contradicciones de clase existentes en Rusia definió a los verdaderos marxistas.

Ahora bien, las reivindicaciones de clase no parten de una realidad estática, sino de estructuras que son al mismo tiempo procesos y en donde los sistemas de contradicciones que se entrelazan a esta realidad adquieren una jerarquía y un sentido, he ahí el fundamento para comprender a cabalidad las teorías del ‘factor económico’, “en las que las creaciones de la actividad social del hombre adquieren una autonomía, y bajo este aspecto se convierten en factores y se transfieren a la conciencia acrítica como fuerzas autónomas respecto del hombre y su actividad” (Kosik; Op.cit; p.126). De manera que la economía no trata acerca de cosas, sino de relaciones entre personas, y en última instancia entre clases, puesto que los productores no pueden comportarse frente a su trabajo como un trabajo directamente social, como trabajo trabado entre las personas mismas, sino como relaciones propias de cosas, por lo que se puede convertir cualquier factor social en mediador de los hombres:

“Este término medio se presenta siempre como la relación económica consumada, porque sintetiza la antítesis, y siempre se presenta por último como un potencia unilateralmente superior frente a los extremos; porque el movimiento o la relación que originariamente aparece como intermediario entre los dos extremos, lleva dialéctica y necesariamente a que la relación se presente como la relación consigo misma, como el sujeto cuyos factores (subrayado mío) son tan solo los extremos, cuyo supuesto autónomo es anulado por aquella relación, para ponerse a sí misma mediante esta abolición como lo único autónomo.” (Marx; El Capital, I, p. 784, citado por Roman Rosdolsky, en su obra Génesis y estructura del capital).

En un régimen social en donde el proceso de producción manda sobre el hombre y no éste sobre el proceso de producción, hace predominar métodos analíticos unilaterales, y la falta de conexión de análisis de las partes y el análisis de toda la estructura económica es propio de la apologética de derecha e izquierda.

Una recensión mas, para ubicar las aportaciones del Coquis. Desde los 80 a los 90 y aún hoy en la actualidad, Gramsci ha sido convertido en el fundador de la ‘ciencia política marxista’, por fin despojada del “dogmatismo”, el “economicismo” y la visión instrumentalista del estado, con lo que Gramsci es una especie de anti-lenin en este último aspecto, pues la cuestión de la ideología no puede plantearse en términos clasistas-instrumentalistas, sino hay que agregar elementos más complicados diferentes a los de Marx en algunos aspectos, aunque claro, y he ahí la trampa, Gramsci nunca renegó del leninismo. Entre los meses de febrero y marzo de 1921, en Turín, se da un conflicto entre obreros y patronos por cuestiones de horario que hace estallar una huelga general a principios de abril, L’ Ordine Nuovo, inspirador de la doctrina de los Consejos Obreros, doctrina que no se estrechó a la organización obrera no sindical ni de partido, hizo aparecer un fenómeno nuevo, que Gramsci como uno de sus redactores caracteriza así:

“Por primera vez en la historia se dio efectivamente el caso de un proletariado que se lanza a la lucha por el control de la producción sin ser movido a esa acción por el hambre ni por el paro. Además, no fue sólo una minoría, una vanguardia de la clase obrera, la que emprendió la lucha, sino la masa entera de los trabajadores de Turín, que entró en liza y llevó adelante la lucha, sin preocuparse por las privaciones y los sacrificios hasta el final.

…La organización de los Consejos de fábrica, se basa en los siguientes principios: en cada fábrica, en cada taller, se constituye un organismo sobre la base de la representación. El Consejo de fábrica tiene que constituirse según el principio de la organización por industria.

Cada empresa se subdivide en secciones y cada sección en equipos de oficio: cada equipo realiza una parte determinada del trabajo; los obreros en cada equipo eligen un obrero con mandato imperativo y condicionado. La asamblea de los delegados se toda la empresa forma un Consejo que elige de su seno un Comité ejecutivo. La asamblea de los secretarios políticos de los comités ejecutivos forma un comité central de los Consejos, el cual elige, a su vez, de su seno, un comité urbano de estudio para la organización de la propaganda, la elaboración de los planes de trabajo, la aprobación de los proyectos y de las propuestas de las varias empresas y hasta de los obreros individuales, y, por último, para la dirección de todo el movimiento.” (Antonio Gramsci, Antología; Siglo XXI; p.82-93)

La autonomía en la constitución de las comisiones obreras fue reconocida por el gobierno, asimismo la pérdida del poder dentro de la fábrica. Si la hegemonía esta ya dentro de la dominación es evidente que no puede ser conquistada sino se conquista el poder económico, y la estrategia de lucha por el poder, aunque por las condiciones italianas (traición de la dirección del P.S.I., oportunismo, desarrollo de la formación económico-social, etc;) se redujo al poder dentro de la fábrica, demuestra que la universalidad del concepto ‘Consejo de fábrica’ se logra en tanto que la lucha por el control de la producción no obedeció al paro o al hambre, algo hasta entonces inédito, y se trastoca relativo, en tanto, al igual que en el concepto de hegemonía:

“Adquiere naturalmente originalidad, en la medida en que ya no aparece como momento constitutivo de un proceso estructurado de reproducción social (reproducción de determinado modo de producción) sino como una dimensión autónoma de la sociedad que sería posible modificar cualitativamente aún antes de que la estructura de poder haya sido realmente trastocada.” (Agustín Cueva; La teoría marxista; Planeta; p. 151).

No son por tanto solamente los “factores hegemónicos”, los “factores económicos”, es también la estructura económica de las clases sociales la que clarifica la cuestión, pues crea la unidad y conexión de todas las esferas de la vida social y sólo la conciencia acrítica –que no era la de Gramsci- puede ver la “hegemonía” como un fuerza autónoma entre el hombre y su actividad, entre el hombre como productor que no puede comportarse frente a su trabajo como frente a un trabajo directamente social, porque ha perdido el control de sus relaciones sociales de producción. Por eso no es lo mismo decir ‘factor económico’ como si equivaliera a ‘estructura económica’.

¿Dónde radica la originalidad de la hegemonía? ¿Cómo el proletariado turinés en su lucha por el control de la producción no tuvo las motivaciones de la casi toda mayoría del 99% de los movimiento obreros inspirados en el hambre y el paro? Las respuestas están en la comprensión revolucionaria de la estructura económica de Gramsci, en el análisis concreto de la situación concreta en Italia:

“La revolución proletaria no es un acto arbitrario de una organización que se afirme revolucionaria, ni de un sistema de organizaciones que se afirmen revolucionarias. La revolución proletaria es un larguísimo proceso histórico que se realiza con en nacimiento y el desarrollo de determinadas fuerzas productivas (que nosotros resumimos con la expresión “proletariado”) en un determinado ambiente histórico (que resumimos con las expresiones “modo de propiedad individual, modo de producción capitalista, sistema de fábrica o fabril, modo de organización de la sociedad en el Estado democrático-parlamentario)”

De manera que el Consejo de fábrica era un elemento central para la sociedad posrevolucionaria, “Gramsci los califica de ‘semilla de lo nuevo que surge en lo viejo’, instrumentos de ejercicio directo del poder por parte de la clase. Pero, de nuevo, Gramsci no los plantea como modelo de institución para cualesquiera situaciones, sino para la situación italiana de su contexto histórico. Son, por ejemplo, distintos en su configuración de los soviets rusos, que serían su equivalente”. (Un acercamiento a Antonio Gramsci; Tito, www.iniciativacomunista.org)

Las huelgas de abril fueron derrotadas los obreros perdieron porque lucharon solos y el trabajo posterior se centrará en crear un proyecto emancipador con los campesinos del Mediodía, proyecto que fue aplastado por la bota fascista.

No es válido desapercibirse a la hora del análisis de lo que en los hechos ha demostrado la experiencia en la solución de las confrontaciones de clase, algo que el Coquis menciona de pasada, que para la marxología es un problema falso, como lo demuestra Adolfo Sánchez Vázquez:

“Pero lo determinante en última instancia es lo económico. Es la economía, en definitiva, la que determina cuando lo no económico desempeña en una formación económico-social el papel dominante o principal. La distinción entre papel determinante de la estructura económica de la sociedad y papel dominante o principal en una formación social dada es capital en Marx. Sólo esta distinción puede eliminar la falsa problemática (subrayado mío) de la teoría de los factores incompatible con una concepción estructuralista de la sociedad” (Adolfo Sánchez Vázquez; Estructuralismo e Historia; Grijalbo; p. 68)

¿El marxismo es un estructuralismo? ¿En Marx la explicación de la sociedad se reduce a una explicación de la integración de sus elementos? Realmente esto implicaría reducirlo a un método de administración de una bodega como dice Fidel Castro y “no tendría sentido hablar de conciencia revolucionaria si no existiera el capitalismo desarrollado y globalizado, ya previsto hace casi cien años”. (Carta de Fidel al VII Congreso de la UNEAC). De ninguna manera es una falsa problemática, una de las críticas más contundentes del Ché hacia los dirigentes soviéticos la constituía la imposibilidad de deshacerse de categorías propias de la competencia capitalista, así el intrerés material individual era la palanca del desarrollo, de la elevación de la productividad, sin la explotación consabida del capitalismo que dinamiza su desarrollo. Así desde los años 60:

“el acero no es ya el factor fundamental (subrayado mío) para medir la eficiencia de un país, porque existe la química, la automatización, los metales no ferrosos y además de eso hay que ver la calidad de los aceros. La técnica ha quedado relativamente estancada, en la inmensa mayoría de los sectores económicos soviéticos. Falta del ingrediente de la competencia, que no ha sido sustituído , tras los brillantísimos éxitos que obtienen, las sociedades nuevas gracias al espíritu revolucionario de los primeros momentos, la tecnología deja de ser el factor impulsor (subrayado mío) de la sociedad”. (Ché, Algunas reflexiones sobre la transición socialista; Apuntes críticos a la economía política; Ciencias Sociales; p. 11).

El problema entonces, no es nada más de los ideólogos autosuficientes, ineficientes , insuficientes, suficientes, sino de que hay que tener la honestidad para reconocer la importancia que tiene desentrañar estas cuestiones si decimos ser lo que no somos. Engels en una carta a Mehring :

“Con esto se halla relacionado también el necio modo de ver de los ideólogos: como negamos un desarrollo histórico independiente a las distintas esferas ideológicas, que desempeñan un papel en la historia, les negamos también todo efecto histórico. Este modo de ver se basa en una representación vulgar antidialéctica de la causa y el efecto como dos polos fijamente opuestos, en un olvido absoluto del juego de acciones y reacciones. Que un factor histórico, una vez alumbrado por otros hechos, que son en última instancia hechos económicos, repercute a su vez sobre lo que le rodea, e incluso sobre sus propias causas, es cosa que olvidan, a veces muy intencionadamente, estos caballeros […]

Falta además un solo punto en que por lo general ni Marx ni yo hemos hecho bastante hincapié por lo que la culpa nos corresponde a todos, en lo que nosotros más insistíamos y no podíamos menos de hacerlo, era derivar de los hechos económicos básicos las ideas políticas jurídicas y los actos condicionados por ella, y al parecer, al proceder de esta manera, el contenido nos hacía olvidar la forma.”

Dejando en claro estos aspectos fundamentales pasaremos a un análisis concreto, para no terminar toreando a toro parado o cansarnos de fornicar como el gatito.

COYOTE.

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