ACERCA DEL TRABAJO DE PRENSA Y PROPAGANDA.
De manera generalizada podemos partir de entender a los individuos que trabajan con su mente y no con sus músculos como trabajadores intelectuales, es decir, aquel que vive de sus ideas y no de sus manos. Ahora bien, este primer acercamiento a la labor o papel del intelectual, tiene su sustento material en la división social del trabajo que realiza el capitalismo y es un aspecto fundamental en la expansión de la productividad, aunque también es una de las causas fundamentales de la desintegración de los individuos, desintegración que en términos sociales polariza la sociedad en dos bandos excluyentes que aun a pesar de todo, no se logran desvincular: el trabajadores intelectuales y trabajadores manuales, éstos tenderán a enaltecer su propia posición en tanto más remunerativa, menos laboriosa, sobrevalorando la educación formal y los títulos académicos. La racionalización, el dominio de cualquier aspecto de la realidad serán su cometido inmediato. Así, en la lógica del sistema, al intelectual le vale madres todo lo que se encuentre fuera del segmento en que le toca operar con los otros segmentos y con la totalidad del proceso histórico, muy marginalmente será tocado en su entraña social, ya que la totalidad de las cosas se le objetivan totalmente y la irracionalidad es la que impulsará a las fuerzas oscuras que él mismo es incapaz de discernir y sobre las que se incapacita para actuar.
Obvio es que en el trabajo político hay una enorme posibilidad de salirse de este encasillamiento, puesto que representa un verdadero esfuerzo el interconectar e interrelacionar cualquier área específica e la que estemos abocados en ese momento con la preocupación sobre el proceso histórico total y no tangencial, esto se concretiza en el pensamiento e influye sobre el trabajo político, puesto que la cotidianeidad es llevada a una de las principales funciones del intelectual en la sociedad: el servir como guía, así en la Odisea, uno de los personajes más hermosos es Méntor que aconsejaba a Telémaco; entonces, los procesos aparentemente autónomos, emergentes, desarticulados, complejos, caóticos, separados de la existencia social que nublan ideológicamente los desafíos reales que enfrenta la sociedad se hacen coherentes; el propagandista dentro del trabajo político si asume cabalmente la función que mencionamos estará en la posibilidad de inculcar muchas ideas a las personas con las que personalmente trabaje, propagar precisamente lo que constituye la naturaleza del fenómeno, su inevitabilidad, indicando siempre la necesidad de la transformación, si no se esta en posibilidades de explicar de forma clara y comprensible a través del trabajo de prensa y propaganda para informar, orientar y educar difícilmente logrará que las personas con las que trabaja adquieran profunda fidelidad a los principios.
En Espartaco el lugar de la prensa y la propaganda habían sido de primera importancia para tener un órgano de difusión con la posición del Movimiento, pero además convertirlo en un instrumento de la organización democrática del sector estudiantil, reflejando su problemática propia sin mediar la opinión de autoridades universitarias y profesores. Ya la propia existencia de prensa estudiantil entraña el compromiso con la defensa del punto de vista propio. Su nacimiento viene del esfuerzo colectivo, donde lo escrito traduce demandas frente a la lucha política en la Universidad, como esa caja de resonancia de la lucha de clases en el terreno de lo ideológico.
La responsabilidad de la prensa y propaganda se había asumido por los compañeros que desde esa plataforma construyen la voz colectiva de nuestra organización política, es decir, lejos de ser una función burocrática, dinamiza la discusión democrática en donde la clave de recoger la riqueza del análisis y la discusión, radica en el consenso acerca de lo que se escribe; prensa y propaganda sintetiza un quehacer colectivo de asumir una línea política de trabajo dentro de la Universidad. Precisamente el carácter de independencia política ante los representantes de la institucionalidad burguesa, le permiten a Espartaco la posibilidad de denunciar, investigar y escribir sin cortapisas, al no tener compromisos de ningún tipo con el aparato que gobierna la universidad. Así, la defensa intransigente de principios, contiene la necesidad de reforzar la exigencia de discutir con argumentos sólidos y científicos, donde la argumentación lógica se aleja por completo del cuidado de la forma de acuerdo a los cánones de encubrimiento hipócrita de la realidad con formulismos huecos, siempre en demérito del rigor en el conocimiento. Cabe marcar una enorme distancia con la denominada "comunicación social", con la mercadotecnia en el periodismo, con la prensa burguesa basada en la venta de publicidad, donde un director general subordina a los criterios empresariales o politiqueros, la formación de opinión pública. De igual manera, hay que diferenciarse de las publicaciones académicas, donde un consejo editorial elitista de los grupos que monopolizan la "investigación", realizan para hacer carrera.
La prensa y la propaganda de Espartaco también es un espacio de la formación política donde el aprender a discutir y razonar con argumentos contundentes para convencer de la necesidad de una posición, dan coherencia al quehacer del que rebate y agita con nombres y apellidos, consciente de su papel en la lucha de clases en un tiempo histórico determindado: el propio medio intelectual universitario puede abrir la posibilidad de pensar a fondo la realidad social para transformarla, sin que eso sea lineal.
Nuestra gaceta, los tríptico, periódicos murales, volantes, pegotes, carteles, etc. hasta ahora no han respondido a una línea política dirigida en el mismo sentido y que les de coherencia, y por el contrario, se hallan desarticulados entre sí. Una comisión de prensa y propaganda, estaría cumpliendo con el papel de generar una línea editorial en función de un planteamiento de trabajo. La inquietud de compañeros que colaboren en las publicaciones no tiene que ser cortada en cuanto a su iniciativa, es más, debe impulsarse esa amplitud que confluya en tener órganos de prensa estudiantil, realmente vinculados con los problemas concretos de los estudiantes y sus demandas democráticas.
La prensa de Espartaco debe defender sistemáticamente su carácter combativo, irreverente, satírico y puntual en los personeros que expone a la luz, sin caer en la trampa de que esa vocación suya por la forma (acusada de grosera por las "buenas conciencias") demerita el trabajo teórico.
El carácter revolucionario del conocimiento científico, pone al desnudo las posiciones de la clase en el poder con las que no hay diálogo ni concesión posible. La prensa y la propaganda estudiantil, reivindica su carácter militante tomando partido a favor de la clase obrera y de las luchas populares en contra del régimen de la propiedad privada capitalista; por ello, se enfrenta en el terreno teórico a los postulados de la burguesía (el fascismo, el individualismo, la tecnocracia, la asepsia) a través de la denuncia, la investigación, el análisis científico en el terreno universitario, ligado a la vida social como institución del estado.
La conformación del trabajo de prensa y propaganda en una comisión con responsables de esa tarea, tendría que ser sensible a cuestiones coyunturales tratadas con principios, discutiendo los problemas actuales, pero sin perder la visión amplia del movimiento en cuanto a las órbitas de participación en donde cada compañero decide estar.
La experiencia del movimiento, ha demostrado que la tarea de escribir es un elemento esencial de una formación política integral, a contracorriente de la superespecialización como único derrotero posible de este sistema.
Si nos habituamos a seguir los acontecimientos políticos, el cumplimiento de la funciones parciales no se perderá de la organización y formación política, y bajo esta égida es que ponemos a consideración la necesidad de trabajar este aspecto fundamental en Espartaco.
El Coquis y Coyote.
No hay comentarios:
Publicar un comentario