martes, 21 de agosto de 2007

Sobre artículo de los administradores

Es muy importante la discusión que plantea Aldo, en el sentido de cómo se asume un profesionista en cuanto a su función social, en concreto qué carajos le toca hacer al administrador.
Ubicar al administrador como un empleado explotado (altamente calificado en tareas de dirección), diluye un tanto la situación de su integración total a los planes de la empresa, donde el gerente, el supervisor, y todo el aparato de dirección, están abiertamente del lado de los dueños, por la situación de que son imprescindibles para organizar el proceso productivo. No realizan un trabajo productivo, pero sustentan técnicamente la autoridad del capital en el centro de trabajo. Sus intereses individuales se someten al interés de la empresa, pero no siendo esta una entidad aparte, sino entrelazada en las relaciones de dominación, en cuanto a ser la unidad de producción bajo el régimen de propiedad privada, frente a los asalariados.
Las corrientes de la administración y la calidad total, han establecido un rejuego en donde deja de decirse patrón y se usa "empleador", y en esa lógica, tiene un sentido ideológico bien dirigido ya no mencionar a la empresa, sino a la "organización", como parte de esa campaña en donde el capital está día a día, implantando sus valores hacia los trabajadores, genera ndo una falsa identidad con ellos, donde los explotados deban verse "comprometidos" con la elevación de la productividad. Esto se menciona, porque en el artículo se pasa con facilidad de la empresa a la organización, en donde cabrían, las cooperativas, o cualquier otra (esa sí) organización social.
¿Una cooperativa cafetalera debe producir usando los mismos sistemas administrativos que una gran empresa multinacional? ¿Lo único que cambia es la consciencia del administrador? ¿Cómo puede hacerle una comunidad indígena para adoptar los lineamientos empresariales? Son lógicas distintas, pues en la empresa la elevación de la productividad es su pasaporte en la competencia con los otros capitales; pero en una comunidad, la divisa es la sobrevivencia.
Otro ejemplo es la industria eléctrica, cuando el Sindicato Mexicano de Electricistas negoció su contrato colectivo de trabajo con la compañía extranjera que al nacionalizarse fue Luz y Fuerza del Centro. Desde ese movimiento los sindicalizados reivindicaron participación en el diseño de los planes de la empresa, para lo cual necesitan estar bien informados sobre los aspectos no sólo directamente productivos, sino además financieros, presupuestales, etc; lo cual significa tener conocimientos de administración, ingeniería, economía; a final de cuentas el sindicato reivindica la elevación de la productividad, es decir, se tiene que elevar la explotación, pese a haber roto los topes salariales del 3-4 % (y tener prestacione superiores al resto de los obreros). ¿Quién sale ganando aquí?
Pienso que en esto el artículo podría tener un marco distinto, aclarando estas cuestiones y situando en sus justos términos, ahora sí, lo que es una empresa y lo que es una organización social.
Sales
El Coquis

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