MOVIMIENTO ESTUDIANTIL ESPARTACO: 23 AÑOS DE LUCHA Dentro de México (y América latina en general) el estudiante durante tiempo determinado fue parte de la vanguardia en los procesos y movimientos progresistas, ya que a finales de los años 60 y principios de los 70 todavía existía una conexión entre las clases desposeídas de medios de producción y los estudiantes como parte de éstas, debido a que aún no se daba el salvaje proceso de privatización y elitización de la educación del cual las generaciones actuales hemos sido (y somos) testigos por la entrada y avance del neoliberalismo en nuestro país. Por lo tanto, aún existían las condiciones económicas para que el hijo del obrero y el campesino (refiriéndose al trabajador de la tierra que no es dueño de ella) pudieran acceder a la educación media superior y superior, tuvieran tiempo de estudiar, leer, comprender, discutir, crear, etc. Y así cultivar su espíritu y comprender las circunstancias históricas en las que vivían, además, el estudiante e aquella época no se encontraba tan bombardeado por los medios de enajenación que lo apartaran de su realidad (como ahora), por lo tanto, predominaban los estudiantes con consciencia de clase y con un grado de inquietud para incidir en su realidad. Después, en los años 80 con la aplicación del proyecto neoliberal en nuestro país que fomentaba la libre competencia y su bastión ideológico era el individualismo como única forma de subsistencia económica y con los resabios del miedo generado por la represión ejercida por parte del estado sobre el movimiento estudiantil manifestada en sus hechos mas representativos de los años 68 y 71 (masacre de Tlatelolco y halconazo respectivamente), la organización estudiantil se vio afectada y casi imposibilitada, ya que muchos estudiantes y los jóvenes en general comenzaron a incubar y desarrollar la idea de ser "alumnos de excelencia", esto bien significaba el primer paso para llegar a ser "hombres de bien", donde el avance individual y la prosperidad económica es lo primordial, se agudizó la intentona de ascensión de clase y las mentes se vieron envueltas en el discurso político de que el progreso y la superación son cuestión de la dedicación y el empeño en el trabajo personal, de la competitividad, de la excelente dominación y aplicación de técnicas para la consecución de la productividad por encima de lo social, dejando de lado el análisis crítico de la realidad y propuestas para transformarla, es decir, se tecnocratizaba al estudiante para ser una funcional herramienta, peor aún, se aceptaba abiertamente la cosificación del ser humano.Dentro de ese contexto en la Universidad Autónoma de Puebla el 13 de marzo de 1985, tomando en cuenta que un movimiento es algo que sale de sumas que sus propios participantes atomizados no podrían ejercer [1], un grupo de universitarios que consideraban al marxismo-leninismo como la fuerza revolucionaria transformadora de la realidad social forman el Movimiento Estudiantil Espartaco, con el fin de organizarse y participar activa y políticamente en su entorno inmediato, basando todas sus acciones en la reacia defensa de tres principios:
*Lucha, defensa y creación del conocimiento científico.
*Lucha, defensa y creación de los espacios democráticos.
*Solidaridad con los pueblos en lucha.
3 principios en apariencia sencillos y que su defensa prácticamente no está en contradicción con el pinche discurso de los demócrata-burgueses, los prianistas, incluso el de Enrique Agüera y hasta el de FECAL, pero recordemos que lo de ellos es sólo retórica, es decir, pura palabrería. Porque sabemos que en una formación económico-social predominantemente capitalista, principios como estos son revolucionarios e impermisibles. Debido a que la ciencia social implica un conocimiento crítico y objetivo de la realidad que lleva a los estudiantes a ubicar su posición en las relaciones de producción y a encontrar las causa por las cuales se encuentran ahí, estos toman una postura y pueden decidir (al aceptar su compromiso por conocer y comprender la esencia de las condiciones materiales que los rodean) transformar esa realidad, cuestionando, proponiendo, denunciando, organizándose, tomando acciones, exigiendo que se abran espacios para la discusión y la reflexión, es decir, luchando y defendiendo espacios democráticos, incluyentes donde la voz de aquellos que tengan algo que criticar sea escuchada. Y en esa lucha los estudiantes se conscientizarán de que en el mundo se presentan problemas y situaciones similares a las que ellos viven como consecuencia de la generalización de las relaciones de producción capitalistas y que incluso hay pueblos que desencadenan luchas esencialmente iguales, pero a diferentes escalas y magnitudes, por tanto pueden solidarizarse de distintas maneras con estos pueblos ya que también se encuentran en contra de este modo de producción inhumano que sobrepone la ganancia a la vida del hombre.
Lo anterior expuesto definitivamente pone en peligro los intereses económico-sociales de una clase, la cual utilizará la fuerza del Estado para reprimir, aislar y sofocar cualquier brote de subversión y cuestionamiento, cerrará los espacios democráticos para evitar la confrontación y que sea evidenciada, sepultará al conocimiento científico para poder crear las condiciones que sólo beneficiaran a unos cuantos a costa de la explotación de muchos. Eso es lo que han pretendido durante años y pretenden hacer en la BUAP, pero ha habido estudiantes consecuentes con sus principios que han resistido a cualquier medida que aluda a arrebatar vilmente la educación al pueblo por intereses de poder.
Es por esa razón que el Movimiento Estudiantil Espartaco, es enemigo común de los corruptos, de los vendidos, los tramposos, los fascistas , los pseudo izquierdistas que no permiten la inclusión de los estudiantes en las decisiones que los afectarán directamente , de las que venden el nivel académico de una universidad para acarrear estudiantes perezosos , de los que coartan la libertad de expresión , de los presidentes espurio y todos aquellos personajes que sirvan de simples herramientas de reproducción del capitalismo y actúen incluso en contra de sus propios principios por obtener algún beneficio personal.
Las armas con las que se cuenta son la denuncia sin eufemismo alguno, porque no hay otra forma de evidenciar a los que actúan en detrimento de la condición y la consciencia humana, la propaganda, la conscientización de los estudiantes y la movilización de éstos, son armas que durante 23 años de lucha incansable por la educación pública, popular, democrática y crítica no han podido ser superadas por el aparato represor de la rectoría y el estado.
Espartaco no muere pasando los muros de la universidad, ni implica que forzosamente se tenga que participar en las distintas actividades y/o talleres del colectivo, Espartaco es un planteamiento de fondo, es una concepción, un proyecto de vida alternativo que consiste en vivir con los principios expuestos anteriormente (que en términos de un sistema donde es exigencia estructural el corromperse, vender la consciencia, traicionar principios y robar, eso resulta ser cuasi revolucionario) ya sea en la escuela, el hogar, el trabajo o cualquier otro lugar. Así que el mundo puede estar lleno de espartacos sin necesidad que estos mantegan cercanía alguna al colectivo que toma acciones dentro de la BUAP.
[1] Taibo Mahojo, Francisco Ignacio, 68, Planeta, Mèxico, 1991.
Skaldo
lunes, 10 de marzo de 2008
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